HECHOS …. DE LA PATADA

Mario Anguiano

Es agradable saber que existe la amistad, los buenos amigos, esos que llegan de manera inesperada y te visitan, ya sabrás, la de anécdotas que salen a flote, las remembranzas, sobre todo del fútbol y sus situaciones de aquellos tiempos románticos.

Cuando nuestra ciudad, Tepic, era de casas de puertas abiertas casi todo el día, que si tu bicicleta dejabas en la acera en tanto ibas a donde te habían mandado y la encontrabas en donde mismo, sin novedad, así era aunque usted no lo crea.

Con decirle que caminando por “X” calle platicando y con uno de nosotros del lado de la pared, a ese sin que se la maliciara lo empujábamos y entraba este por la puerta abierta e iba a parar, las más de las veces, de bruces en pleno centro de la sala.

Lugar en donde casi siempre estaban gentes echando la platicona, el susodicho, todo avergonzando y riendo salía como perseguido por el chorusco y diciéndonos “Van a ver cabrones”, obvio, del lado de la pared y sin querer queriendo, poníamos al más enejo, me tocó varias veces, era un Tepic sano.

De cuando en la escuela por quítame esta paja se armaba la hecatombe pero como ahí estaban los profes acordábamos con aquella frase. “A la salida nos vemos”, luego no quería uno que dieran en toque de salida, jijijiji.

Después de la algarabía del tirito en La Alameda, (Estábamos en la Madero) nos echábamos otro de fútbol en la mera cancha de frontenis, y como este muñeco jugaba como portero, por nomás tronaba la flaca humanidad en el duro cemento, para arriba, sobón y cuenta nueva.

Y de los árbitros, uuuufff, como no recordar a don Abraham Hernández “El Canaguás”, a Máximo Flores “El Guásimo”, a Bartolo Álvarez o Juan Reyes, luego llegaría otra pléyade de mucha categoría, bien uniformados y usando ya las tarjetas.

Y la plática se va dando por sí sola, las hazañas de “El Mini”, la manera de “El Zorri” y “El Gasolinas” como silbantes, las buenas hechuras de Juan Rodríguez “El Tortas”, la solvencia de Félix Real y el trabajo de Francisco García, n’ombre, como avalancha llegan tantos recuerdos.

Pero la esencia de todo esto es la amistad, esa que nos ha llegado de personas que ni siquiera pensamos que iban, cuando menos a querer saber de nuestra salud, y mira, tenerlos de frente y sentir su solidaridad, como decía aquella revista mensual de “El lector distinguido” en una de sus secciones; “La risa, remedio infalible”.

Muchos minutos placenteros de charla amena, Javier Camarena, Tlocsin Hernández, Rogelio González, Eulalio Flores, Martín Barberena, Vicente Álvarez, Enrique Paredes, Nicolás Aguirre, Sergio, Juan, Gaby, Jimena y más de los Echeveste, Lucinda, Yola y Alejandro Hernández.

Compañeros cronistas como Gilberto Ortega, Jaime Ruiz, Servando Peña, Jaime Heredia, Héctor Ceja, Roberto Zazueta, Miguel Curiel y Carlos Molina, Alejandro Langarica, la respetable dama Andrea Ruelas.
Personas de solvencia moral de la estirpe de Antonio Huízar, de Pepe Escobedo, de Nicolás Tejeda, don Concho Segura y su familia, Gabriel “Negro” de La Cruz y Roberto Ceja, fútbol ¡No te acabes!

A todos, muchísimas gracias por enseñarme a conocer lo que nunca he sabido dar.

Hablando de Nico Tejeda, excelente amigo, supimos que en su último partido salió lastimado, no solo en su orgullo, afortunadamente todo está bien, también Nicolás, y de seguro lo veremos en la liguilla de liga de a diamante “C” con su equipo Zapata.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *