Por: Mario Anguiano
Caramba, carambita y carambota, como decía en su revista el bien recordado Toño Gómez, sucede que de pronto se dieron cuenta los flamantes de que el estadio ex arena cora está siendo rehabilitado, así fue comentado en la tele sin ir a fondo en el asunto.
Eso más bien suena como a desinformación para la opinión pública, que la AFEN es quien está al frente para en ese asunto del inmueble,
sin otros datos importantes, pero donde sí, es que afirma que ese estadio se fue a la baja “porque estaba abandonado, sin uso”
Y aunque se dejó de lado el motivo principal, el vandalismo y el robo, porque de ahí los cacos se llevaron lo que pudieron, sanitarios, tuberías, cableados y demás, eso se llama robo y vandalismo, aquí y allá, donde “tocan la malaca y colen”
Pero tiene su lado positivo este asunto: el que es un espacio que de nuevo será aprovechado por los deportistas, sobre todo por nuestros niños y jóvenes que tendrán un espacio digno, se dijo que AFEN está llevando a cabo ese trabajo lo cual quiere decir que el resultado de dicha rehabilitación está garantizado.
En otro desorden de ideas, estos días recientemente pasados los amigos me han hecho sentirme importante, su visita me llena de muchas cosas, la plática nos hace hacer un viaje como esos que Julio Verne nos narra en sus escritos.
Solo que este no es hacia la luna ni al centro de la tierra ni al fondo del mar, pero sí a destinos bastante parecidos, por inercia llega de esas buenas gentes, Javier Camarena, Toto Hernández, Rogelio González, Martín Barberena, Nicolás Aguirre, Concho Segura, Vicente Álvarez, Javier Gallegos, Sergio “Checo” Hernández, Juan José Echeveste y sus hermanas Gaby, Chela, mis guapísimas sobrinas entre ellas Michimi.
De los Hernández García; mi queridísima prima Lucinda, su hermana Lupe y Alejandro, corredor, los apoyos de personas honestas del club Real Provincia en sus categorías diamante “A” y “B”, de aquel destacado árbitro Juan Rodríguez “El Tortas”, que tanto aportó en el mantenimiento y forestación de la Unidad Deportiva AFEN, Álvaro Alatorre, el profesor Carlos Molina, la hija de don Concho Segura, su grupo de amigos, a todos muchísimas gracias.
Los cronistas deportivos, aquellos que me han hecho una llamada telefónica como Enrique Paredes, Ramón Rosales, Chava Jiménez, el inge Huízar, Pepe Escobedo y otros más, los veteranos de las canchas nos hacen recordar con sus pláticas, aquel balompié de amor al fútbol en sí, ese que te hacía orgulloso de la casaca, ese que ante la caía al terreno por la jugada, te levantaba, te sobabas y a darle, con enjundia.
Más, sobre todas las cosas, jugar en un cuadro donde la mayoría, como tú, sentían ser amigos, y más luego de los partidos independientemente del resultado en el marcador ¡Qué tiempos señor don Simón!
Pero de esto hay mucha de donde cortar y merece relato aparte, por lo pronto se ha reafirmado mi creencia en que el buen Dios existe y que me ha tocado su mirada misericordiosa, Bendito sea.
