Mario Anguiano
Enigmático el número, pero muy significativo en nuestra existencia, hablando en lo particular porque de los que les voy a platicar han transcurrido esa cantidad de meses, 13.
Octubre 2023, una caída inesperada por completo, hizo que cayera de espalda sobre el escalón de una escalera innecesaria, en la clínica “Del Ángel”, por avenida de La Cultura aquí en Tepic, con todo el peso de mi cuerpo mi espalda chocó.
Fueron largos minutos llenos de angustia y dolor, sumado a la incertidumbre de alguna fractura seria en la zona lumbar de la columna vertebral, casi dos horas en el piso, canalizado por las asistentes que se comportaron a la altura, lo que sea de cada cual.
El 2 de noviembre, más o menos una semana después, mi señora esposa sería sometida a cirugía de pasado mediano riesgo en el Centro Médico de Guadalajara, fui a estar con ella a pesar de la recomendación del Traumatólogo Benjamín Ruelas, afortunadamente Dios nos protegió, pero el esfuerzo pasó factura.
Esta consistió en irme a un “reposet” que, a Dios gracias, fue un lugar en donde pude estar, la verdad es que mi salud se deterioró, física y mentalmente, dura prueba que me hizo conocer varias circunstancias.
De lo afortunado, el contar con el apoyo irrestricto del doctor Jaime Guadarrama, lo consideramos como familia, pero debería ser de otro modo por su entrega hacia nosotros, siempre atento nos recomendó luchar contra el estrés, era fundamental.
El poco avance se vino atrás con el fallecimiento de mi sobrino Omar, sin poder estar con mi apoyo mínimo con mis familiares, no estando presente en las honras fúnebres la familia preguntó y conocieron mi situación, eso permitió su visita que me sirvió de mucho, sumándose a eso la presencia que llegó de Tijuana y Mexicali.
El lado alegre, positivo:
De pronto a esta su casa pobre, empezaron a llegar personas con las que gracias al bendito balompié tuve el placer de relacionarme a través de tantos años, eso no quiere decir que dejara de sorprenderme su visita, simple, ignoraba de su calidad humana, de su amistad sincera.
Los compañeros de Crodenay se sumaron a ese apoyo, todos me dieron a entender que valía la pena hacer el esfuerzo de seguir adelante por muy difícil que pareciera la situación.
A pesar de todo seguí con mi gusto de informar y una que otra nota iba a parar a diseño en Meridiano por el conducto siempre amable y eficaz de Miguel Curiel, pero siento que me falta el ambiente de estar físicamente en el lugar de los hechos, y quiero hacer el intento.
Y como es la enseñanza en las multiplicaciones, el orden de los factores no altera el producto menciono a Concho Segura, Gabriel Lamas, club deportivo Real Provincia diamantes “B” y “C” encabezados por Vicente Álvarez, Rogelio “Chikis” Floresz y Tlocsin Hernández que hasta la fecha junto con Rogelio “Camu” González, Martín Barberena, Roberto Ceja, Gabriel “Negro” de La Cruz.
Enrique Paredes, Eulalio Flores, Javier “Viejito” Gallegos, alguno por motivos propios no pudieron pero de algún modo mostraron su solidaridad como es el caso de Javier Camarena y Marco Carrillo, Sergio “Checo” Hernández y mi otro primo Sergio Echeveste.
Largas pláticas con el profesor Juan Echeveste, sustanciosas dada toda esa experiencia que tiene en el fútbol y lo que ha aportado a los niños que lo practican, al amigo Maestro en Ciencias Jorge Humberto López Córdova “El Atlas”, portero de calidad y poseedor de un carácter muy especial.
De Crodenay, todos, estoy seguro que deseaban mi restablecimiento, de estos el profesor Jaime Ruiz Quezada realizó una labor fundamental, no quiso que me diera por ausente y me hizo vigente vía telefónica en el programa “En la Ruta del Deporte”.
Aparte, salió a las canchas e hizo entrevistas a personajes enlazándonos por teléfono que luego ambos redactábamos para el periódico, sumando a esto las palabras de Gilberto Ortega, de Servando Peña y su estimada esposa, los ánimos del Licenciado Jaime Heredia Solano, el profesor Carlos Molina, que me hacían la distinción de hacer las asambleas aquí, en casa, algo invaluable, inolvidable.
Gracias Humberto Pintado por tu apoyo, también a la familia porque hubo momentos en que mis primas, preciosas ellas, llenaron esta casa con la luz de su belleza, de sus bromas, sus risas dándome otro sesgo existencial, Gaby, Lucinda, Lupe, mis sobrinas.
Cada que me da por enumerar siempre olvido a alguien, esta vez no es le excepción, varios no menciono por cuestión de deterioro memorial, pero desde el fondo de mi mente y mi corazón les digo:
¡Gracias! ¡Muchas gracias! ¡Muchísimas gracias!