- SEGUNDA DE OCHO
- LAS JUNTAS DE ELECTRIFICACIÓN RURAL
Desde su creación en 1937, la CFE enfrentó con el gran reto de llevar el servicio eléctrico a todas las partes del país, proyecto que no interesó a las empresas privadas por los elevados costos y su baja rentabilidad. El progreso de la electrificación aún no llegaba a muchas franjas geográficas de México donde se asentaba la mayoría de la población rural y se podía decir que era inexistente.
Para atender este gran rezago de manera más efectiva se hacía necesaria la participación integral de los Gobiernos federal, estatal y municipal, así como el compromiso de la sociedad como destinataria del servicio. Con este objetivo, la CFE hizo la convocatoria a los estados y territorios del país para avanzar en este propósito y creó en cada demarcación una JUNTA DE ELECTRIFICACIÓN RURAL, como el organismo encargado de electrificar el campo en México.
Las Juntas de Electrificación Rural se diseñaron para operar técnica y administrativamente de manera coordinada por la CFE y los Gobiernos de los estados. Las primeras se instalaron en 1951 en los estados de México y Tamaulipas. De acuerdo con la declaración oficial, el objetivo y motivo de su fundación era llevar a cabo obras en las zonas rurales y suburbanas que se encontraban en la marginación social y económica dando prioridad a proyectos encaminados a incrementar la producción y la productividad agropecuarias. ). El financiamiento de las obras se haría bajo el esquema de aportación tripartita entre la CFE, los gobiernos de los estados y los consumidores involucrados.
En 1954 se constituyó en Nayarit la Junta con el Gobernador del Estado José Limón Guzmán, como Presidente honorario, Daniel Zavala Ayala, presidente ejecutivo, ingeniero Javier Zaragoza, Secretario, y Alejandro Toledo oficial mayor (El Nayar núm. 7017, marzo/1961). En el caso de Nayarit y de veinte estados más, el porcentaje de cooperación se estableció en: cincuenta por ciento para la CFE, 25 por ciento el Gobierno del Estado y el restante 25 por ciento a los consumidores. Además del cumplimiento de las aportaciones, se tomaron en cuenta otros factores que condicionaron la electrificación rural: la cantidad y el grado de concentración de habitantes, con lo cual resultó que las localidades con mayor densidad de población fueron mejor beneficiadas; así mismo, la importancia agrícola; características topográficas; accesibilidad a otros centros de población y la incidencia de otros programas del sector público en determinados lugares.
Con la capacidad de generación disponible en 1954 de 6 mil 878 Kw y con el proyecto de ampliación de la hidroeléctrica de Jumatán, la CFE División Occidente se propuso la tarea de poner en ejecución el proceso de electrificación en todo el estado mediante el procedimiento citado, elaborando en cada proyecto de obra un convenio de cooperación entre el gobierno estatal, CFE y poblados y ejidos beneficiados.
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