Por: Héctor Severiano Ocegueda
La discusión acerca de la viabilidad de reeditar el Estado de Bienestar partiendo de los éxitos de la administración del presidente AMLO, reaviva una vieja polémica relativa a la posibilidad de reformar el capitalismo al grado de converirlo en un sistema social permanente, soportable para todos en la medidad en que todos, en una situación de suerte de equilibrio, salen beneficiados. Igualmente se vueve a formular una pregunta: ¿el capitalismo ya no es un sistema estructurado alrededor de la explotación del trabajador al cual se le extrae plusvalía?, es decir, ¿deja el capialismo de ser un sistema organizado para que unos pocosse apropien de la riqueza del resto? Para Ricardo Monreal, por ejemplo: “El objetivo del Estado de bienestar es proteger a la población de los riesgos sociales más cercanos que, en buena medida, pueden afectar su vida personal y en sociedad. El Gobierno de México ha hecho explícita esa búsqueda y el deseo por “darle seguridad al mexicano desde que nace hasta que muere”. En ese camino nos encontramos, a pesar de los desafíos y obstáculos que esto conlleva.” Para el mismo Monreal, la viabilidad de este modelo se encuentra en el aumento de la recaudación fiscal, a través del combate a la evasión fiscal, no por supuesto en el aumento de los impuestos. No cabe duda que la discusión acerca de la recaudación fiscal debería incluir también el omitido tema de la deuda pública, en particular la deuda externa y los recursos fiscales que se destinan al oneroso pago del FOBAPROA-IPAB, pero por ahora dejemos pendiente este gravísimo problema que constiituye una carga terrible para las finanzas públicas.
El presidente AMLO ha reiterado innumerables ocasiones que los recursos para sostener el modelo de Nuevo Estado de Bienestar (así lo denomino) se localiza en el combte a la corrupción y la austeridad republicana, lo que hasta ahora parece haber funcionado, no obstante es deseable mantener la cautela considerando que técnicamente aún está por verse si la reedición del Estado de Bienestar es posible, ni siquiera en el mediano y largo plazos, sino incluso en el corto plazo en medio de una amenazante crisis del capitalismo que en este momento mantiene en vilo al mundo con dos conflictos bélicos en Medio Oriente y Ucrania, ambos de pronóstico reservado, expresión de la tensión por la redefinición de hegemonías en los que tarde o temprano, nos guste o no México será obligado a asumir una postura clara y definida por más que se intente omitir. En este punto existe la comprensión de la compleja situación de México debido a la vecindad con Estados Unidos y la evidente presión económica y militar que ejerce sobre nuestro país, la cual, por más que se le posponga o esquive terminará expresándose como lo que es, una relación con el sello de la imposición imperialista contra México. Eso de que Estados Unidos es ahora “amigo” de nuestro país, no es más que una truculencia diplomática.
Vuelvo sobre el tema original formulando de nuevo la pregunta: ¿Ya se volvió bueno el capitalismo?