LA CFE Y LA ELECTRIFICACIÓN EN NAYARIT

  • QUINTA DE OCHO
  • LA NACIONALIZACIÓN

La Nacionalización de la Industria Eléctrica (1960) tuvo lugar cuando el modelo nacionalista se encontraba agotado como proyecto de desarrollo. Con esta se promovía un capitalismo más independiente y la creación de una industria nacional con el control estatal en los rubros estratégicos, estableciendo para ello empresas de Estado en el sector productor de energía. Parte importante del modelo fue la aplicación de medidas para ejercer el control sobre los capitales nacional y extranjero, así como de las organizaciones obreras.

Consumada la nacionalización se presentaron de golpe serios problemas a resolver en aras de la total integración de la industria eléctrica para darle coherencia y ajustarla a las necesidades generales del país. El primer escollo consistió en que buena parte de las instalaciones nacionalizadas se encontraban obsoletas o en vías de serlo. El director de la CFE en este período, Guillermo Martínez Domínguez, afirmaba que en razón de los problemas presentados después de la nacionalización, entre otros, las cuantiosas deudas heredadas de las antiguas empresas, la limitada organización enmarcada en las dimensiones de cada localidad y la adquisición de instalaciones viejas e insuficientes, “había que construir de hecho nuevamente la industria eléctrica en el país”.*

También se enfrentaron dificultades en torno a la evidente desarticulación administrativa y técnica, puesto que cada empresa conservaba una estructura organizativa diferente, en respuesta a dificultades de tipo regional. El más lamentable de ese tipo de problemas por su repercusión en el resto de la economía fue el de la zona central de México, la más importante por su concentración industrial y demográfica; esta se abastecía mediante la generación de energía a cincuenta ciclos de frecuencia por segundo, rango incompatible con el resto del país. La generación de energía a cincuenta ciclos era de hecho parte de la obsolescencia del equipo, mismo que tuvo que adaptarse a la generación de sesenta ciclos, perfeccionamiento tecnológico que permitía una operación más económica de los equipos y aparatos eléctricos.

Al entrar en crisis el modelo nacionalista, a finales de los cincuenta se reorientó la política interna de acuerdo con las nuevas circunstancias económicas y sociales del país. Las dificultades para fomentar un sector propio de bienes de capital y conformar un desarrollo capitalista relativamente autónomo eran enormes. Con el tiempo las presiones de financiamiento, uso de tecnología y de índole comercial propiciaron una creciente dependencia del exterior, principalmente de los Estados Unidos. De esta manera, “La estrategia denominada Desarrollo Estabilizador, expresión de ese Nacionalismo remodelado, asignaba al endeudamiento público externo un papel importante que acabó siendo determinante […]”**

En teoría, se buscaba mantener una estabilidad macroeconómica pero sin hacer mayor caso del control de la inflación, la balanza de pagos y las devaluaciones. Los cuantiosos créditos captados para financiar el proceso de nacionalización de la industria eléctrica se presentaron, precisamente en ese llamado “Desarrollo Estabilizador”, como la palanca de un nuevo período del desarrollo económico en México, lo cual no paso de ser tan solo un eufemismo, ante los saldos resultantes de rezagos sociales, desequilibrio presupuestal y endeudamiento creciente, envuelto todo esto en el sagrado manto de la corrupción. He ahí el problema.

En el sector eléctrico se escucharon algunas voces críticas de parte de organismos sindicales como el Sindicato de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (STERM) de Rafael Galván Maldonado y el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), que consideraban el creciente endeudamiento como lesivo a la soberanía del país y al libre desarrollo de la industria eléctrica nacionalizada. En cambio la CFE recibía apoyo total de parte de Fidel Velázquez, Secretario General de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y de Francisco Pérez Ríos dirigente del Sindicato Nacional de Electricistas Similares y Conexos de la República Mexicana (SNESRM) que aglutinaba a la mayoría de los trabajadores electricistas.

*Guillermo Martínez Domínguez, Integración y desarrollo de la industria eléctrica en México, CFE, México, 1971.
**Rosario Green, Estado y Banca Transnacional en México. Del Nacionalismo al desarrollo estabilizador. México, DF.
1987

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