Por: Héctor Severiano Ocegueda
Debemos insistir en el tema. La VICTORIA electoral del 2 de junio de 2024, con mucho un gran momento en el avance del proceso transformador, es apenas el PRIMER PASO porque estamos a DISTANCIA aún de la construcción del SEGUNDO PISO de la Cuarta Transformación en palabras de Claudia SHEINBAUM.
Brian NICHOLS Subsecretario de Estado del gobierno del vecino del norte, ante el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes expresó, en un lenguaje conocido: “Estados Unidos EXIGE que, ante cualquier REFORMA al Poder Judicial en México, se PROTEJA la INVERSIÓN EXTRANJERA y el T-MEC” (El Universal. 12 de junio de 2024) Lances de esta naturaleza se están volviendo comunes desde la noticia del ARROLLADOR triunfo de Claudia. ¿Por qué tanta SENSIBILIDAD con el Poder Judicial? Básicamente por DOS razones, porque un Poder Judicial “independiente” es el espacio perfecto para PROTEGER los poderosos intereses del Gran Capital como ha estado sucediendo con reformas importantes impulsadas por el gobierno de México y también por otra razón claramente POLÍTICA, porque el Poder Judicial ha sido el EJE del GOLPISMO contra los gobiernos progresistas de América Latina. Al anunciarse desde Presidencia de la República la REFORMA a este poder además con el agravante de la CONVOCATORIA al pueblo de México, los AFECTADOS no se contuvieron y ante la INEFICACIA de sus “socios” internos, el gobierno estadounidense intervino directa y abiertamente, haciéndolo a la manera ACOSTUMBRADA, es decir, con todo DESPARPAJO, en el marco de la visión IMPERIAL que considera América de SU PROPIEDAD. Ya sabemos que el famoso “NERVIOSISMO de los MERCADOS “manifiesto en el DESLIZAMIENTO del tipo de cambio del PESO mexicano ante el DÓLAR, no fue sino un MENSAJE del Gran Capital (“nacional” y principalmente TRASNACIONAL) dirigido al nuevo gobierno. Las palabras INSOLENTES del señor NICHOLS desprovistas de la tradicional HIPOCRESÍA DIPLOMÁTICA, abonan, o tal vez sea más propio decir, CALIENTAN el terreno para una AVALANCHA posterior de PRESIONES y CHANTAJES de naturaleza IMPERIAL estadounidense que irán creciendo si el gobierno de México se NIEGA a CEDER. Tal vez en medio de un clima de CELEBRACIÓN no estemos calibrando en su justa dimensión la AMENAZA, aunque deberíamos comenzar a EVALUARLA. Ya se sabe que no es la primera vez, ni tampoco debería mostrarse EXTRAÑEZA ante esta RETÓRICA majadera, salvo lo especial de esta COYUNTURA de TRANSICIÓN presidencial.
El problema es GRAVE, porque de hecho ESCALA a una etapa de relación entre ambas naciones que llevará el sello del INJERENCISMO abierto de Estados Unidos, NO porque el IMPERIO no hubiera observado esta postura desde siempre, sino porque a partir de ahora la INJERENCIA IMPERIAL estadounidense se llevará a efecto a través de ACCIONES de mayor AGRESIVIDAD. Y si la HISTORIA es la MAESTRA de la vida, los mexicanos deberíamos tener en cuenta una frase surgida del propio Ulysses GRANT, militar estadounidense, presidente de Estados Unidos (1869-1877): “No creo que haya habido una guerra más perversa que la que emprendió Estados Unidos contra México. Lo creía entonces, cuando era solo un joven, pero no tuve el suficiente valor moral para renunciar.” Lo anterior documentado ampliamente por la historiadora estadounidense de la Universidad Estatal de Pensilvania, Amy S. GREENBERG en su reciente texto: “A wicked war” (“Una guerra perversa”)