NOMÁS LOS LAMENTOS SE OYEN
Los campesinos que con el sudor de su frente hacen parir la madre tierra están a merced de su suerte, que casi siempre es adversa. Antes, los labriegos tenían de enemigo al gobierno por los escasos apoyos que recibían, pero también de los fenómenos naturales: inundaciones, heladas, plagas y los coyotes de dos patas. Ahora…

