El GROOMING, un riesgo y maldición de las redes

POR GUILLERMO AGUIRRE

**Pues no todas son benditas redes sociales como solían llamarlas los que se beneficiaban de ellas, alertan sobre el riesgo de llegar a cometer delitos sexuales contra niños, niñas y adolescentes, usando estas plataformas

Pues es cierto que las redes sociales, como las llamó el expresidente del país, son benditas en muchos casos, pero como el llamado “enemigo”, también quiere su parte cuando hay cosas buenas, entonces aparecen las cosas malas.
Ayer la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, alertó a los padres de familia mantenerse muy alertas para proteger a sus hijos de una amenaza que tiene su origen en las redes sociales, y que se llama GROOMING.
El término «Grooming», se refiere al delito de acoso sexual en línea contra menores. Este implica que un adulto se aproxima de manera premeditada a un niño, niña o adolescente, utilizando medios digitales para manipularlo y ganarse su confianza, con el propósito final de obtener beneficios o concesiones de naturaleza sexual.
Aquí es donde empieza lo que es lo contrario a la bendición y diríamos la maldición de las redes, cuando se utiliza este método, me refiero a las plataformas digitales para extorsionar, engañar, manipular y finalmente convencer a un menor de edad o en su caso adolescente para primero convencerlo de que alguien que ellos-los niños y adolescentes-creen que es quizá de su misma edad, o un poco mayor que ellos, pero que al parecer les toma mucha importancia, y les da su lugar, luego de ganarse su confianza, sigue el paso dañino, chantajear al contactado, al niño, niña o adolescente y llevarlo hasta la ignominia sexual.
Así que cuando hablamos de grooming, hablamos del contacto de una persona adulta hacia un niño, niña o adolescente a través de medios digitales y con un fin sexual, eso es en resumen.
Muchas veces cuesta enmarcar esta problemática y los análisis se mezclan entre las versiones que lo creen un tema meramente digital y quienes lo consideran el paso previo a un abuso sexual.
Lo cierto es que hablar de grooming es hablar de abuso a la integridad sexual infantil, es hablar de un problema real y es hablar de un delito que ocurre en México y del cual nuestra entidad, no está a salvo
Porque se considera que aunque no exista una fase de contacto y abuso físico, lo que se pone en juego en casos de grooming ya es un acoso y abuso a la integridad de ese niño o esa niña. Esta visión integral de la sexualidad infantil incluye el plano psicológico y emocional.
Las personas que ejercen grooming repiten mecanismos que identificamos en el abuso sexual infantil presencial: eligen a sus víctimas, se nutren de sus vulnerabilidades, generan vínculos de confianza, amistad y complicidad, no se muestran como peligrosas ni amenazantes al principio y analizan cuándo es el momento oportuno para pasar a un siguiente nivel. En los casos de grooming este avance a un siguiente nivel tiene que ver con pedir fotos, videos, secretos o información íntima que le otorgue un poder al groomer para luego amenazar, extorsionar o simplemente contar con información privada de un chico o una chica. En muchos casos incluso se ve un mecanismo de manipulación muy presente en el abuso infantil: invertir la carga de la responsabilidad y culpabilizar a la víctima. “Tus papas se van a enojar porque el que mandó las fotos fuiste tu”, “Nadie te va a creer porque tú me pediste amistad”, etc. Lo que comienza como una relación de complicidad sin peligros, termina siendo algo amenazante que coarta las posibilidades de pedir ayuda, y coarta las posibilidades de pedir ayuda, porque es evidente que un niño, niña o adolescente de cualquiera de los dos sexos, que ya mandó a su “goomer”, o sea al contactante, fotos íntimas, videos de su cuerpo, datos de sus familiares, etcétera, etcétera, difícilmente le podrá decir a sus padres que cometió un error, así que en el peor de los casos, cumple los aberrantes deseos de su groomer, o contactante.
La SSPC (Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana), da algunos consejos a los papás para que salven a sus hijos de caer en las garras o en la práctica del Grooming y les aconseja que platiquen con ellos sobre este problema.
En primer lugar que de forma clara y paciente les expliquen cómo identificar las señales cuando alguien se contacte con estos niños con intenciones dañinas.
Entre las señales primarias para que un niño las reconozca, está el que pidan su domicilio, tanto el de su casa, como el domicilio de su escuela para saber cómo localizarlos, también pidan fotos o videos personales, de preferencia con poca ropa.
Para convencer a las víctimas los gromer ofrecen a los menores regalos, y además logran que los contactados, se sientan culpables de lo que ellos mismo les pidieron que hicieran.
En fin, este problema que aunque inicia en forma casi imperceptible, y que a veces termina siendo una tragedia familiar, fácilmente se evitaría si los padres vigilaran el celular de sus hijos, sean niños o niñas, total ya habrán de llegar a la edad adulta estos pequeños y tendrán libertad para usar las redes, mientras tanto, dada su inexperiencia en la maldad de la vida, los papás son los primeros respondientes sin duda, y sin duda que deben de asumir su responsabilidad, para eso son los padres…¿o no?…hasta mañana

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