LA CFE Y LA ELECTRIFICACIÓN EN NAYARIT

  • SEXTA DE OCHO
  • ¿TE ACUERDAS DEL PLAN HUICOT?

Para el año de 1970 la electrificación rural seguía siendo prioridad. Entre los convenios establecidos por la CFE destacó uno en particular con el Banco Nacional de Crédito Rural para electrificar el bombeo agrícola en los ejidos. Igualmente se realizó una campaña de convencimiento para sustituir la gran cantidad de motores de combustión interna por motores eléctricos, lo que permitiría regar sus tierras con menos equipo, más eficacia y menos tiempo, y se traduciría en una disminución en los costos.

Pese a la raquítica generación de energía eléctrica en Nayarit, en 1970 se consideró como uno de los estados mejor electrificados en el país, en atención al porcentaje de habitantes beneficiados con el servicio de energía eléctrica (459 mil 950), lo cual representó el 83.3 por ciento de la población total del estado, cuando el promedio en todo el país era alrededor de 65 por ciento (Plan Lerma 1970-1976), gracias a la transmisión proveniente principalmente de la hidroeléctrica de Santa Rosa ubicada sobre el río Santiago, en el estado de Jalisco, energía recibida en nuestra subestación Tepic 1 a un costado del cerro de La Cruz.

Las etnias de huichola, cora, tepehuana y mexicanera habitan en su mayoría la región serrana de Nayarit y esta comprende los Municipios de Huajicori, Del Nayar, La Yesca y parte de Ruiz. Su extensión territorial representa 36 por ciento de la superficie de la entidad. Y es en este punto donde las cosas se complican: su población se encuentra muy dispersa. En 1978 su densidad era de 3.01 hab/km2, con una tasa anual de crecimiento de 1.1 por ciento asentados en una zona geográfica de difícil acceso. Esto obviamente ha dificultado la ejecución de las obras indispensables para su electrificación. En términos generales el servicio en esta región no solo ha sido insuficiente sino además deficiente.

Durante el sexenio presidencial 1970–1976 se puso en ejecución el llamado Plan Huicot con la pretensión de poner en marcha una política indigenista mediante un programa de desarrollo integral, económico y social, para solucionar los problemas en las zonas indígenas, que atendiera tanto lo cultural y educativo como las actividades productivas agropecuarias y alimentarias.

Y para ello se crearon centros coordinadores en varias regiones indígenas para organizar las acciones en cada una de ellas, a los que se sumó la participación de diferentes dependencias gubernamentales (CFE, Conasupo, Nacional Financiera, Instituto Nacional Indigenista y las Secretarías de Comunicaciones y Transportes, Recursos Hidráulicos, Salubridad y Asistencia, Obras Públicas, Educación Pública y el Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización), además de involucrar programas sociales como el Programa Integral de Desarrollo Rural (PIDER), la coordinación general del Plan Nacional de Zonas Deprimidas y Grupos Marginados (COPLAMAR), Plan Lerma, etcétera.

El objetivo oficial era el de incorporar al desarrollo de la Nación, a setenta mil indígenas que habitaban en esta región de la Sierra Madre Occidental (extendida entre los estados de Nayarit, Sinaloa, Jalisco, Zacatecas y Durango), con la construcción de caminos vecinales, campos aéreos, centros hospitalarios y de asistencia, obras de riego, etcétera. Para coordinar esta política en Nayarit se erigió el Centro Coordinador para el Desarrollo de la Región Huicot (El Nayar, núm. 10521, dic. /70).

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