Por: Héctor Severiano Ocegueda
En vísperas de la ENCUESTA que definirá el RELEVO de la dirección del proceso transformador, Marcelo EBRARD, ha lanzado una pregunta cerrada, directa “¿Claudia o yo?” Un cuestionamiento así, sólo admite una respuesta. En momentos de DEFINCIÓN, personalmente mi simpatía, en virtud de sus antecedentes de MILITANCIA en la IZQUIERDA, es por CLAUDIA SHEINBAUM. Se trata de una militante que se forjó en la TRINCHERA universitaria y en la tribuna académica a favor de las mejores causas del PUEBLO de México. Sin embargo, estoy convencido en el marco de la presente coyuntura histórica, que está definiendo los caminos del siglo XXI para México es fundamental entender a plenitud que el papel de la PERSONALIDAD en la HISTORIA. Un proceso de las dimensiones que tiene lugar en nuestro país, por lo demás inserto en la dinámica mundial de transformaciones marcadas por la CRISIS profunda que sacude al CAPITALISMO contemporáneo, no está en manos de una PERSONA, por más grande que esta sea. Hoy, como a lo largo de los siglos, las grandes TRANSFORMACIONES las hacen los PUEBLOS, una verdad IMPOSIBLE de aceptar para el pensamiento CONSERVADOR, que los DESPRECIA profundamente. Es conocido que la Cuarta Transformación de la vida de México transcurre en medio de una ENCENDIDA polémica, que está enfrentando, como durante los siglos XIX y XX, posturas políticas e ideológicas resumen de INTERESES económicos, sociales y culturales.
El proceso transformador tiene lugar en un marco AGITADO, que indudablemente conocerá escenarios cada vez más intensos de confrontación. Transitar a una sociedad diferente no será placentero viaje, las fuerzas OPUESTAS a la transformación operan día y noche con una lógica BÉLICA, sin dar cuartel, según los modelos imperiales estadounidenses de GUERRA de ESPECTRO COMPLETO y “Golpe Blando”, abriendo frentes MEDIÁTICO, JUDICIAL, POLÍTICO y PARAMILITAR que actúan simultáneamente. Suponer que la continuidad y profundización de una transformación social DEPENDE de una personalidad, sería IGNORAR la experiencia histórica y DESCONOCER el papel central de los PUEBLOS.
Los sectores del pueblo de México COMPROMETIDOS con la TRANSFORMACIÓN estamos ahora ante la perspectiva de COMPRENDER que ante el RELEVO del presidente AMLO, debe surgir el LIDERAZGO COLECTIVO, asegurando desde luego la DIRECCIÓN personal de quien muy probablemente asumirá la próxima presidencia de la república. En ese tenor debe entenderse que en el trasfondo de la controversia de las personalidades que se DISPUTAN ahora el LIDERAZGO del proceso transformador, subyacen PROYECTOS distintos. Marcelo invita a SONREIR y a decir que todo va estar bien, lo cual DESESTIMA la MOVILIZACIÓN y la EDUCACIÓN POLÍTICA del pueblo como instrumentos fundamentales de transformación. Con CLAUDIA entendemos que la DEFENSA de la Cuarta Transformación tiene lugar en la MOVILIZACIÓN y en la LUCHA permanente como RESPUESTA al empeño de la DERECHA y el CONSERVADURISMO por conducir al NAUFRAGIO la esperanza transformadora.
No se trata de ESPERAR a que “todo vaya bien”, sino de entender que nada irá bien si se OMITE la utilización de la principal herramienta transformadora.