Por: Héctor Severiano Ocegueda
De conjunto de RETOS próximos que habrá de enfrentar la Cuarta Transformación figuran el impulso al proceso transformador en territorio LOCAL, con esto me refiero a la escala de gobierno ESTATAL y MUNICIPAL, hasta ahora, en términos generales, una ASIGNATURA PENDIENTE. El pueblo de México sabe de los esfuerzos emprendidos por el gobierno federal, pero RECLAMA que la dinámica transformadora NO ha bajado a gobiernos locales. Esta próxima BATALLA será particularmente DIFÍCIL por diversas razones, porque estos gobiernos, con algunas excepciones, se encuentran en manos de grupos y personajes del PRI y del PAN, de ahí la alerta lanzada de que DERROTAR electoralmente a las siglas del partido tricolor, no significa haber derrotado al PRIISMO, su CULTURA y personajes más representativos. En entidades como Nayarit existen claros ejemplos de que en gestión gubernamental persiste la cultura PRIISTA con su cauda de AUTORITARISMO, CLIENTELISMO y prácticas características del Viejo Sistema Político. En el poder LEGISLATIVO y ALCALDÍAS representantes populares continúan siendo representantes de sí mismos y de quienes FINANCIAN campañas electorales u otorgan vistos buenos para candidaturas, habitualmente grupos de poder OLIGÁRQUICO local, en coordinación con personajes poderosos de la vida política. La agenda legislativa camina DIVORCIADA del CONFLICTO, con diputados y diputadas que atienden sólo PARCIALMENTE el RECLAMO social, como se observó en recientes MOVILIZACIONES protagonizadas por usuarios de la CFE de la zona norte del estado y productores CAÑEROS, que fueron IGNORADOS por instrucciones del poder Ejecutivo. No es muy distinto en la agenda MUNICIPAL, con CABILDOS sometidos SORDOS a peticiones y demandas de la CIUDADANÍA y se toman decisiones que lesionan a sus habitantes, como fue el caso de la controvertida decisión del ayuntamiento de Tepic de COBRAR el impuesto predial y el servicio del agua potable DESCARTANDO los descuentos a las personas de la Tercera Edad, que al poco tiempo el propio gobierno municipal dio marcha atrás producto de la PROTESTA social. Por información que se comparte por diversos medios es conocido que similares circunstancias se comparten en otras entidades donde la cultura PRIISTA sigue prevaleciendo en la administración pública. Ahí un RETO mayúsculo en el propósito de PROFUNDIZAR la Cuarta Transformación.
Indudablemente, otro RETO corresponde a la INSEGURIDAD instalada en espacios estatales y municipales, en donde grupos delictivos disputan la GOBERNABILIDAD a gobiernos locales, convirtiendo a la sociedad en REHÉN, una muestra de lo cual tuvimos en Nayarit con el lamentable ASESINATO del periodista Luis Martín Sánchez, corresponsal del diario La Jornada. Más allá de que este grave problema merece un extenso análisis, es pertinente no perder de vista el factor IMPERIALISTA, lo que traducido significa la INJERENCIA de Estados Unidos en la dinámica de la VIOLENCIA, como se percibe en material gráfico que muestra armas que Estados Unidos provee a Ucrania, en manos de delincuentes en nuestro país, específicamente lanzacohetes antitanque AT4 como denunció la Embajada de Rusia a través de fotografías, expuesto incluso en reciente conferencia matutina presidencial. Sólo recordemos la amplia experiencia de Estados Unidos para DESESTABILIZAR gobiernos NO afectos a sus intereses imperiales. Sobre el particular la MILITANCIA por la Cuarta Transformación necesita dejar atrás la INGENUIDAD para impulsar un proceso MASIVO de reflexión: Por la dimensión de los intereses en juego, es CANDOROSO suponer que los grupos del GRAN CAPITAL afectados por la orientación SOBERANA del gobierno mexicano omitirán recurrir a su ancestral experiencia imperialista.
El juego GEOPOLÍTICO del mundo contemporáneo y las condiciones especiales de la LUCHA de CLASES en México, exige la estrategia de FORTALECER la DEMOCRACIA DIRECTA y PARTICIPATIVA, empoderar al PUEBLO en la TOMA de DECISIONES según el espíritu del artículo 39 constitucional: “La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.”