ESFUERZO POR LA ENERGÍA NACIONAL.
ÚLTIMA DE SEIS
EL IMPACTO AMBIENTAL.
En la última década del siglo XX, que se decide hacer realidad este primer gran proyecto hidroeléctrico en Nayarit sobre el cauce del río Santiago, después de un sinnúmero de estudios de factibilidad, desde mediados de esa misma centuria; se consideraron insuficientes, puesto que “el conocimiento de las relaciones entre las obras y los sistemas ecológicos era limitado […] no se incluían en los estudios previos y menos en el diseño; se ha contemplado solo un uso específico de todos los aprovechamientos posibles.” Ahora se conoce de manera verificable las afectaciones a los microclimas; los cambios en la distribución hidrológica propiciados por el río, desde la cortina de la presa hasta su llegada al mar.
Por otra parte en la cuenca denominada Santiago-Aguamilpa, zona de transición entre la Sierra Madre Occidental y la Llanura Costera del Pacífico, existen formas volcánicas escarpadas, producidas por antiguas emisiones piroplásticas. La zona del extremo occidental es punta del Eje Neovolcánico “se constituye por una cadena de volcanes que forman parte del llamado Cinturón de Fuego del Pacífico […]. Inicia en Nayarit y corre al oriente aproximadamente sobre la línea del paralelo 19°. La cuenca se caracteriza por presencia de rocas volcánicas […] con la presencia de fallas. Cuatro de estas fallas se localizan en la margen derecha donde están las obras de generación, otras dos en la margen izquierda y una de ellas involucra la obra de desvío y el vertedor.”
Aguamilpa es la primera presa de bloqueo total del curso natural de la corriente del río y con ello se presentan cambios en relación con la calidad del agua: su composición físico-química, al atrapar los sedimentos que fluían anteriormente; el agua superficial, que se toma para turbinarse en la generación de electricidad, suele ser de mejor calidad que las aguas profundas que permanecen relativamente estáticas.
Junto con la incapacidad de movimiento de los peces migratorios por la existencia de la cortina, en el corto plazo se presenta el problema de la degradación de la vegetación asentada en el fondo del embalse, el cual, al juntarse con el sedimento que arrastra el río por la erosión, forma una capa sin oxígeno y sin vida con efectos negativos sobre de peces que tienden a desaparecer, y a la sustitución por especies exóticas.
El volumen y velocidad del agua en el río se mantienen en márgenes regulares todo el año o se reducen; se eliminan inundaciones que representaban daños en pueblos y ciudades asentadas en las riberas de las partes bajas. Al ampliarse la frontera agrícola sobre la vegetación acuática o de manglar, paulatinamente se pierden esas zonas de humedales.
En la presa la aportación de sedimentos quedan bloqueados, reduciendo su asentamiento en las zonas estuarinas, lo que permite una mayor penetración de agua de mar y de especies marinas incrementando la salinización (cuña salina) del manto freático. Al ser menores los sedimentos que se acumulan, la erosión marina se lleva los sedimentos consolidados afectando esteros y lagunas.
En el futuro se ve imposible prescindir de las plantas hidroeléctricas en México, pero sí es imprescindible que los nuevos proyectos se rodeen de una mayor responsabilidad ambiental, para que aún con las inevitables afectaciones, se pueda mantener un desarrollo sustentable. Que los constantes incrementos de la demanda sean cubiertos con la generación de grandes volúmenes de energía sin dejar de lado la búsqueda del abatimiento del calentamiento climático y promover la regresión del efecto invernadero.
Tarea de los científicos especializados en las materias relacionadas con el medio ambiente y con la ingeniería de la generación hidroeléctrica, ante las posibilidades de nuevos proyectos de este tipo sobre el Sistema Hidrológico del Río Santiago o en otros sitios.
*Basado en el libro “La industria eléctrica en Nayarit”
