El águila real devorando una serpiente de cascabel sobre un nopal, no sólo representa la fundación de Tenochtitlán, símbolo nacional de México, también es el reflejo de la gran biodiversidad que alberga nuestro país, pero que se encuentra en un crítico estado de conservación.
El águila real es una ave rapaz que puede volar hasta a 200 kilómetros por hora, y elevarse por encima de las nubes. Ave sagrada en tiempos prehispánicos y representación del dios de la guerra, Huitzilopochtli, símbolo vivo de México.
Pero, a pesar del poder y fuerza que representa, en México se encuentra al borde de la extinción, con menos del 10 por ciento de parejas reproductivas que deberían existir para considerar una población estable.
Águila real, con presencia en 20 estados
Se encuentra en al menos 81 países de América, Europa, Asia y África. En el continente americano, habita desde Alaska hasta el centro del país –la región más sureña–, donde se encuentran la población más baja.
Este año, solo se registraron 184 parejas reproductivas en 20 estados del país, un 10 por ciento de las parejas que deberían existir en vida libre para considerar una población estable.
«De acuerdo a la Norma Oficial Mexicana 059 de la Semarnat 2010, el águila real está como una especie amenazada; por su distribución más sureña en todo el continente.
«De acuerdo a lo que hemos visto, podríamos clasificarla en peligro de extinción, porque desafortunadamente está enfrentando una serie de amenazas que ponen en riesgo su supervivencia», aseguró el biólogo Luis Felipe Lozano Román, coordinador para México del Grupo Internacional para la Conservación del Águila Real.
En entrevista con MILENIO, el especialista detalló que las principales amenazas para el águila real es el saqueo de sus nidos, así como la perturbación ocasionada por senderistas.
También la instalación de parques eólicos en las cercanías de sus zonas de reproducción, la minería que acaba con su hábitat, las torres de alta tensión que provocan la electrocución de ejemplares.
Además de la extracción ilegal para traficarlas, las águilas enfrentan problemas de intoxicación, algunas veces por envenenamiento directo o bien, secundario porque se envenena a otros depredadores; además de la cacería.
«Todo eso hace que el águila real, donde quiera que la encontremos, desafortunadamente se ponga en riesgo y si le sumamos, que es una especie que tiene una tasa reproductiva muy baja, es decir, tiene una o dos crías por año.
«Esta es la situación que guarda el águila real, desafortunadamente no se le ha dado la atención requerida. Con este registro de 184 parejas reproductivas, es un número muy bajo.
En Estados Unidos, hace 60 años, cuando su águila calva, que es el ave nacional de ese país, la declararon en peligro de extinción, ellos tenían un registro de alrededor de 400 parejas reproductivas», mencionó.
Protección del águila real, una necesidad.
El especialista comentó que, «hace 60 años, comenzaron un plan muy a largo plazo de la recuperación de sus poblaciones, de tal manera que ya están reportando más de 10 mil parejas reproductivas de águila calva en Estados Unidos».
«En el caso de México, tenemos una población 184 parejas reproductivas, y de acuerdo a los cálculos que hemos hecho por su distribución, más o menos debería haber entre mil y dos mil parejas reproductivas para el país», asentó.
El biólogo destacó que en 2010 se tenía un registro de 70 parejas de águila real, para 2013 la cifra ascendió a 81 parejas. En 2020, se contabilizaron 170, y este 2025 subió a 184 parejas reproductivas; no obstante, dijo que se requieren mayores esfuerzos de conservación de la especie.
“La propuesta es que hagamos una oficina especial del gobierno federal para el águila real por ser el ave nacional de México. Una oficina que no solamente dependa del área ambiental, sino también de la Secretaría de Gobernación al ser el símbolo cultural”.
“Que en conjunto, la Secretaría de Medio Ambiente y la Secretaría de Gobernación inviertan en esta oficina para determinar la búsqueda de ejemplares, de parejas de águila real, dónde están, evaluar su hábitat, detectar y detener sus amenazas, implementar proyectos de telemetría, de anillamiento, que se hagan planes de conservación”.
Luis Felipe Lozano resaltó que es necesario proteger el hábitat del águila real, activar un plan de conservación cuando se detecten nidos en activo para reducir la perturbación, así como reducir las amenazas que enfrenta por cacería, electrocución, envenenamiento, y establecer un programa efectivo de rehabilitación, pero dentro de su hábitat y menos en zoológicos o centros de conservación.
«Al águila real la podemos proteger en su hábitat natural. Los recursos que se vayan a invertir no es para encerrarla en una jaula. Hay que proteger el hábitat donde se encuentra, los lugares donde se encuentra y sobre todo apoyar a los dueños, a los propietarios de esos terrenos para que se involucren las acciones de conservación».
En la Ley del Escudo Nacional, pero sin protección
El artículo segundo de la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales, establece que “el escudo nacional está constituido por un águila mexicana, con el perfil izquierdo expuesto, la parte superior de las alas en un nivel más alto que el penacho y ligeramente desplegadas en actitud de combate”.
A pesar de que no se establece que se trata de un águila real, la iconografía sí es clara, asegura el biólogo.
«Aunque toda la descripción que hacen de la especie en lo que es el escudo nacional hace referencia al águila real, incluso la figura es la única bandera en el mundo que tiene descrita así de manera prácticamente gráfica. No es un boceto, es el águila real la que está en el escudo nacional, pero la especie como tal no está nombrada en la ley», lamentó.
Por ello, Lozano Román destacó la necesidad de que el águila real sea nombrada oficialmente como el ave nacional de México.
“El Congreso de la Unión declaró al águila real como el símbolo vivo de México, pero no han sacado todavía ningún decreto que nos diga y es una de las tareas pendientes en la Ley del Escudo Nacional, incluir la subespecie aquila chrysaetos,, como el ave nacional de México”.
De acuerdo con los registros de este 2025, las entidades donde habita el mayor número de águilas reales son:
Chihuahua con 59 parejas reproductivas.
Zacatecas con 34 parejas reproductivas.
San Luis Potosí con 16 parejas reproductivas
Baja California con 15 parejas.
“Antes de 1990, se llegó incluso a pensar que el águila no anidaba en México y que era migratoria, pero con estos registros de parejas reproductivas y sobre todo de que se han encontrado ejemplares de águila real en el Templo Mayor y en Teotihuacán, de que las enterraban, las sepultan con todos los honores, está claro definitivamente de que conocían perfectamente al águila real, la veneraban y aparecía obviamente dentro de sus símbolos”.
“Inequívocamente, como biólogo si te dedicas al estudio de las aves rapaces, conoces el comportamiento y el tamaño, pues vas a comprender por qué es más y más admirada un águila real que otras aves rapaces”.
El biólogo señaló que a través de diversos monitoreos han comprobado que las serpientes forman parte de la dieta de las águilas. Además, en 2014, pudo comprobar que las águilas también llegan a posarse sobre una nopalera, tal como marca el mito fundacional de Tenochtitlán.
“Es algo que siempre me había preguntado. En lo que tenía de estudio del águila real, nunca había visto una posarse en un nopal y la primera vez que la vi fue en Guanajuato en el año 2014, cuando estamos haciendo acciones de captura de un ejemplar para ponerle un collar telemetría satelital”.
«Un ejemplar, un aguilucho que tenía ocho semanas de nacido se posó en un nopal que estaba a un lado del nido. La fotografía la captó mi compañero, el biólogo José Ojeda y ahí quedó plasmada para la posteridad y para el registro biológico de que efectivamente un águila real se puede posar en un nopal», afirmó.