SELECCIÓN DE CANDIDATOS, MAYÚSCULO DESAFÍO


ORGANIZACIÓN Y PROPUESTA, NO BERRINCHE, NI DESBANDADA

Por: Héctor Severiano Ocegueda

Aunque así PAREZCA, desde luego la SELECCIÓN de CANDIDATOS no es el ÚNICO problema que una fuerza política debe abordar durante un proceso electoral, aunque SÍ uno que define orientaciones. La elección de 2024 representa para Morena, el más importante partido político nacional que tiene a cuestas nada menos que GARANTIZAR la CONTINUIDAD de la obra política y social del gobierno de AMLO, una verdadera colección de temas DESAFIANTES que, por su naturaleza, revisten carácter ESTRATÉGICO.
La SELECCIÓN de CANDIDATOS, aparece sin duda como el más APREMIANTE desafío INTERNO que Morena enfrenta. El asunto es del mayor interés porque ha abierto la puerta de una posible DESBANDADA, el preludio, si no se procesa correctamente, de la DECADENCIA de Morena como partido HEGEMÓNICO investido de una real o SUPUESTA, según se le vea, visión de IZQUIERDA. El problema ESCANDALOSAMENTE visible de la designación ARBITRARIA de candidaturas, ya arrancó el MOTOR de una REBELIÓN INTERNA. Vídeos, caricaturas, memes, comentarios y reportes periodísticos dan cuenta del tema. Desde la ALTA BUROCRACIA de Morena se ofreció un procedimiento de selección a través de ENCUESTAS y OBLIGATORIOS cursos-talleres que a manera de CARREREADA formación política fueron diseñados por el Instituto Nacional de Formación Política (INFP) de Morena, según quedó establecido en la respectiva CONVOCATORIA, serían dos requisitos INDISPENSABLES. Militantes, simpatizantes y hasta personajes verdaderamente IMPRESENTABLES, incluyendo algunos que apenas en la víspera se manifestaban como “LEALES” PRIISTAS y PANISTAS se APUNTARON de inmediato como partícipes, resultando en una auténtica CASCADA de PRECANDIDATOS que a estas alturas por todo el país, como era de esperarse, están EXIGIENDO a voz en cuello les muestren las famosas ENCUESTAS. Al paso de los días militantes y simpatizantes fueron corroborando, que en forma visible como resultado de un típico procedimiento de la más arraigada tradición PRIISTA, desde la más ALTA dirección nacional se imponía la decisión de que los GOBERNADORES tendrían mano a la hora de ASIGNAR CANDIDATURAS y más aún, que el MÉTODO de REPARTO de candidaturas (lo que denominan SIGLADO, por las siglas de los partidos integrantes de la COALICIÓN electoral) se atendrían en general a la FÓRMULA de la elección de 2021. Las REACCIONES como suele suceder en estos casos comenzaron a hacerse presentes dándose en un rango que va de la PASIVIDAD, hasta la más ACTIVA réplica.
Instalados en un MÉTODO de matices claramente PRIISTAS los PODEROSOS señores (y señoras) de Morena incubaron la REBELIÓN. Es claro que NO calcularon que la elección de 2024, no sólo por evidentes razones cronológicas, sino por la EXPECTATIVA despertada en la militancia y el conjunto de circunstancias EXTERNAS a Morena, sería de particular COMPLEJIDAD. La CRISIS INTERNA en ciernes actúa ya como ALIADA de la OPOSICIÓN. ¿Qué hacer entonces? En un anterior texto señalé que ante una situación así, lo primero debería ser EVITAR el BERRINCHE y la DESBANDADA, dos reacciones comprensibles pero absolutamente INDESEABLES.
TAREA inmediata es CONVOCAR al ANÁLISIS de los acontecimientos. Como se sabe, de un CORRECTO DIAGNÓSTICO se desprende un acertado PROGRAMA de ACCIÓN. En primera instancia, PRECANDIDATOS con sus mejores CUADROS deben reunirse en cada MUNICIPIO. Enseguida se procedería a realizar REUNIONES REGIONALES, para culminar una REUNION ESTATAL de CUADROS.
Recordar: ORGANIZACIÓN y PROPUESTA, no berrinche, ni desbandada.

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