En el día internacional de la mujer, se recuerda que en las llamadas zonas originarias, la mujer sigue siendo vilipendiada por el hombre, aduciendo que “ese es el costumbre
Pues este viernes 8 de marzo del año 2024, como todos los días 8 de marzo de cada año, veremos la marcha por el día internacional de la mujer, una jornada designada por la ONU desde el año de 1977 para destacar la lucha del sector femenino en contra de la desigualdad, la violencia y la discriminación. Con una serie de marchas, se ha determinado el 8M (ocho de marzo) como la fecha dedicada a las movilizaciones sociales en México y todo el mundo, siendo las famosas consignas parte fundamental de las protestas.
Y pues claro que estamos de acuerdo en que las mujeres salgan a las calles para gritar consignas tales como: “¡Alerta! ¡Alerta! Alerta que camina la lucha feminista por América Latina. Y tiemblen, y tiemblen y tiemblen los machistas qué América Latina será toda feminista”.
“¡Señor! ¡Señora! No sea indiferente, se mata a las mujeres en la cara de la gente”, “¡Mujer! ¡Escucha! Esta es tu lucha”, “¡Me cuidan mis amigas, no la policía!” y “¡Ni una más! ¡Ni una más! ¡Ni una asesinada más!”, que son las más populares.
Y aunque somos más feministas que muchas féminas, seguimos creyendo que los derechos de las mujeres ni siquiera son para exigirse, los traen desde que nacen, y se les otorgan desde el momento en que se les permite tener un nombre propio, y apellido, así sea el apellido de la madre, cuando el padre no quiso enfrentar su responsabilidad paterna.
Es decir, acepto que hagan su marcha, pero creo que las mujeres sin marcha y sin gritos, ya tienen garantizados sus derechos, los cuales son respetables por el simple hecho de ser seres humanos.
Ciertamente, parte de las protestas son por los asquerosos feminicidios, y aquí empieza uno de los conflictos internos humanos, pues para algunas mujeres el hecho de que una compañera de su género, sea obediente a su esposo, y no lo contradiga, significa ya una alerta de sumisión de ella y de misoginia o machismo de parte de él. Pero amigas, seguramente ustedes conocen matrimonios que han durado décadas viviendo en amor y sana paz, porque cada quien tomó el rol que le correspondía y porque esto lo hacía sentir bien.
En cuanto a mi experiencia personal, tengo cientos de amigos que viven felices en su matrimonio, la señora trabaja y él también, y no sólo se reparten los ingresos, sino incluso las labores, así que no creo que un hombre que haga labores de hogar, que le toque tender las camas, lavar los trastes, hacer la comida ciertos días a la semana, sea un hombre sumiso o esclavo de su esposa, como tampoco la esposa que hace esto, es sumisa a él, simplemente hay acuerdos y las cosas marchan bien.
No es el caso de aquellas mujeres que lamentablemente aceptan tener vida conyugal con un hombre violento, exigente, celoso, y a veces hasta inútil laboralmente, es decir que no le gusta trabajar, estas mujeres por supuesto que ocupan auxilio de sus conocidas o amigas, parientes, compañeras de trabajo, y con o sin marcha, deben saber que no está bien que acepten esta situación.
Lo digo porque parte de la marcha de este viernes, es concientizar a las mujeres que viven una vida de violencia a que se salgan de ella, pero repito, vivir una vida de violencia es odioso desde el primer día y no se ocupa esperar hasta el 8 de marzo para darse cuenta de ello.
Y aunque machismo y misoginia, no son lo mismo, ya que mientras que el machismo consiste en conductas, creencias y comportamientos que promueven, reproducen y refuerzan formas discriminatorias contra las mujeres, al mismo tiempo que crean una polarización de los roles y estereotipos que definen lo masculino de lo femenino, la misoginia es la aversión, odio y creencia de que los hombres son mucho mejores que las mujeres, aun sin ser lo mismo, ambos conceptos, el machismo y la misoginia, promueven conductas, creencias y comportamientos discriminatorios contra las mujeres.
Pero, no son lo mismo. Mientras que la misoginia se fundamenta en el odio hacia la mujer, el machismo no tiene que estar necesariamente basado en el odio, sino suele estar asociado a una serie de dinámicas relacionales de control y/o sumisión que han sido normalizadas a lo largo del tiempo, y que es una lucha de todos los días de nuestras sufridas mujeres mexicanas.
Hasta hace unas décadas, en Occidente, el papel de la mujer era la dedicación en exclusiva a la crianza de los hijos y el cuidado del marido. Ahora mismo en el siglo XXI, del cual se ha dicho que será el siglo de las mujeres, en algunos lugares de México, especialmente en las llamadas zonas originarias, a las mujeres sus maridos no les permiten controlar la concepción, es decir utilizar métodos de planificación familia, en algunos lugares están obligadas a soportar que el marido tenga dos o tres esposas, porque así “son las leyes del pueblo”, sino tiene hijos es repudiada…parece que estas son las mujeres que requieren marchas…hasta mañana